Antiguo Egipto

Antiguo Egipto: una civilización a descubrir en tu próximo viaje

La civilización egipcia fue sin duda una de las más ricas de toda la historia de la humanidad. Y no sólo en términos de prosperidad económica, sino también en lo que a manifestaciones culturales se refiere, a menudo envueltas en leyendas y misterios sin resolver que multiplican el interés que todavía hoy despierta en todo el mundo. Y la buena noticia para los viajeros ávidos de nuevos conocimientos es que los vestigios del Antiguo Egipto están hoy más presentes que nunca, gracias a restauraciones, musealizaciones y excursiones temáticas como las que organizamos en nuestra agencia. 

Por ello, en esta sección de nuestra web te damos las claves que debes conocer sobre la civilización egipcia antes de emprender tu viaje. De esa manera, podrás apreciar mucho mejor los yacimientos y monumentos que verás en persona con nosotros. ¡El Antiguo Egipto te espera para revelarte los secretos más fascinantes de hace miles de años!

Tabla de contenidos

Qué se entiende por Antiguo Egipto

Antes de entrar en materia, conviene aclarar qué se entiende por Antiguo Egipto: con esta denominación se conoce a una civilización que se originó más de 3.000 años antes de Cristo a lo largo del río Nilo, sus oasis y su Delta, y que tuvo su epílogo en el siglo I a.C. Normalmente se acepta la fecha de 31 a.C como fin, cuando el incipiente Imperio romano se anexionó este territorio.

Pero aunque la civilización egipcia se extinguió hace más de dos milenios, su legado sigue muy presente: el Egipto actual, que empezó a formarse culturalmente con los coptos cristianos desde el siglo I y con los árabes musulmanes desde el siglo VII, conserva con orgullo los vestigios que aquí quedan y los explota turísticamente, convirtiéndolos en una de sus principales fuentes de ingresos.

¿Por qué decimos que el Antiguo Egipto es ya una civilización extinta? Porque las bases culturales y sociales que la sustentaban ya no existen como tal: ni su religión ni su idioma (oral y escrito) ni su estructura socio-política perviven, reemplazados ahora por el Islam (y, en menor medida, por el cristianismo copto), el árabe y la democracia de la República.

Mucho ha cambiado también la economía, como es lógico: la civilización egipcia estaba fuertemente ligada a la ganadería y sobre todo, a la agricultura. Y aunque todavía hoy mantiene como terreno cultivable las riberas del Nilo y su Delta, en los años 60 del pasado siglo cortó uno de los pocos lazos que quedaban vigentes entre el Antiguo Egipto y el actual: las inundaciones periódicas del Nilo.

¿Cómo era el antiguo Egipto?

Las claves del Antiguo Egipto

En la siguiente lista te mostramos cuáles son los elementos diferenciadores de la civilización egipcia. En ella te damos acceso a páginas específicas donde te explicamos a fondo cada cuestión. Y si lo que quieres es descubrirlo en persona, con tus propios ojos y con la explicación de expertos profesionales, sólo tienes que organizar tu viaje con Egipto Exclusivo:

Religión Egipcia
La religión

a diferencia de las religiones vigentes en el Egipto actual (Islam y Cristianismo copto), la religión del Antiguo Egipto no era monoteísta sino politeísta. Sus gentes creían en un nutrido grupo de dioses, cuya importancia y atributos fueron cambiando durante las diferentes épocas. Además, hubo otra poderosa creencia religiosa que influyó en sus costumbres cotidianas: la vida después de la muerte

Cronología de dinastías y faraones
El Faraón todopoderoso

El régimen político del Antiguo Egipto fue una monarquía en la que el rey tenía plenos poderes. Recibía el nombre de faraón y en algunos momentos de la historia, llegaron a ser prácticamente divinizados por sus súbditos. Son grandes protagonistas en el arte egipcio: sus representaciones artísticas y sus ajuares funerarios son todavía hoy grandes reclamos en los museos del país

Arquitectura del Antiguo Egipto
LA ARQUITECTURA

En el Antiguo Egipto se han levantado algunas de las construcciones más espectaculares de la humanidad, que en buena medida siguen en pie, para disfrute de los turistas. Las pirámides son un buen ejemplo de ello, pero también los templos religiosos, las mastabas y otros elementos no menos simbólicos, como los obeliscos

El Arte en el Antiguo Egipto
ARTES PLÁSTICAS

Pocos estilos artísticos hay tan reconocibles como el que se empleó en el Antiguo Egipto. Sus cánones para representar la figura humana o sus pigmentos llenos de fuerza son algunas características de las pinturas, mientras que el excelente trabajo en piedras duras pulidas o el sobrecogedor hieratismo son algunos rasgos inconfundibles de la escultura. Y todo ello ha fascinado a los más grandes artistas de nuestro tiempo

La escritura del Antiguo Egipto
LAS ESCRITURA

Buena parte de la fascinación que generan las construcciones del Antiguo Egipto se lo proporcionan los jeroglíficos grabados sobre sus paredes, decorándolas y aportando un gran poder evocador. La escritura hierática y demótica también fue empleada en otros periodos. 

El Nilo en el Antiguo Egipto
EL NILO

Este río fue el factor natural que marcó la vida de la civilización egipcia. De sus crecidas periódicas y casi regulares dependía la fertilidad de las orillas para cultivar productos tan variados como el lino, la cebada o el trigo. Pero también era fundamental para los desplazamientos en faluca y dahabiya. Y todos los expertos coinciden en decir que el Nilo fue el elemento natural que permitió a esta civilización pervivir durante 3.000 años, a diferencia de otras de su entorno, más efímeras e inestables por la irregularidad de las cosechas

La egiptología

La Egiptología: la disciplina que investiga el Antiguo Egipto

La mayor muestra de la fascinación por el Antiguo Egipto es el surgimiento de una disciplina específica para estudiar a fondo los elementos que hemos enumerado más arriba: la Egiptología. ¿Qué otros países del mundo pueden presumir de provocar tal interés en su cultura pasada? ¡Muy pocos!

En realidad, los orígenes de la Egiptología se remontan muchos siglos atrás, a las antiguas civilizaciones griega y romana. El filósofo y viajero Heródoto ya quedó fascinado con aquel país que vieron sus ojos en el siglo V a.C, cuando la civilización egipcia aún seguía viva y transitaba lo que hoy se conoce como la Baja Época de su historia. Y emperadores como Augusto o Adriano mostraron su admiración por los logros y los misterios del Antiguo Egipto. Por ello, en Roma hay casi una decena de obeliscos que embellecen sus plazas, traídos directamente desde este país como símbolo de grandeza. Y también los hay en otras ciudades, como París o Estambul. 

Sin embargo, durante muchos siglos después, incluyendo el fin de la Edad Antigua, toda la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna, la ya extinta civilización egipcia perdió su poder de atracción, en buena medida porque el contexto geopolítico no se prestaba a viajes de este tipo.

Pero desde finales del siglo XVIII algo empezó a cambiar, gracias a viajeros educados en la Ilustración, que renovaron su interés por esta cultura. A ello contribuyó la campaña bélica que protagonizó Napoleón Bonaparte entre 1798 y 1801. En su expedición había más de un centenar de investigadores y científicos que ampliaron sus conocimientos, relataron lo vivido y despertaron de nuevo la curiosidad por la antigua civilización egipcia

Un impulso muy importante a la Egiptología lo proporcionaron también, por qué no decirlo, las piezas arqueológicas sustraídas de suelo egipcio, como es el caso de la famosa Piedra de Rosetta, que lleva grabado un decreto de Ptolomeo V (196 a.C) escrito en caracteres jeroglíficos, lengua demótica y griego. Hallada por los franceses en la ciudad de Rashid (Rosetta) y arrebatada por los británicos en los compases finales de aquellas campañas bélicas contra los franceses que les trajeron hasta aquí, hoy se expone en el Museo Británico de Londres.

El siglo XIX, con Mehmet Alí y sus sucesores al frente del gobierno, resultó una centuria clave, pues la política aperturista de este régimen permitió incontables viajes de ‘cazadores de tesoros’ europeos, que coleccionaron antigüedades y las depositaron en importantes museos nacionales, en ciudades como Turín, Berlín y, por supuesto, París: el Louvre conserva una de las más ricas colecciones de obras de arte y piezas cotidianas del Antiguo Egipto. Y más adelante, con la creación de sociedades de exploradores y los avances en arqueología, se sistematizó el conocimiento sobre la antigua civilización egipcia.

Por último, ya en el siglo XX, el cine se convirtió en el mejor aliado del Antiguo Egipto: numerosas fueron (y siguen siendo) las películas que han llevado a la gran pantalla a personajes ya eternos como Cleopatra o que han explotado el potencial de las momias, las esfinges o los seres mitológicos de aquella cultura.

Organizamos tu viaje para profundizar en el Antiguo Egipto

¿Vas a realizar un proyecto de investigación sobre el Antiguo Egipto? ¿Tienes pensado realizar una producción audiovisual relacionada con la civilización egipcia? ¿O simplemente tienes alma de egiptólogo y quieres saciar tu enorme curiosidad sobre los misterios de esta cultura irrepetible? Para cualquiera de estos y otros supuestos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Planificaremos un viaje con el nivel de detalle que desees, añadiendo los museos y yacimientos visitables que prefieras y proporcionándote la compañía más experta sobre la materia.

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