Mahallabiye o Mahalabia: las natillas de Egipto. Así son

En este post nos ocupamos de la mahallabiye o mahalabia, que muchos conocen como las natillas árabes y, por tanto, un postre muy popular en este país. Ya hemos tratado en profundidad muchas de las delicias gastronómicas de Egipto: ful medames, mahsi, khosari… Y muchas de ellas, manjares dulces, como el baklava o el ruz bil laban. Pero como la lista no acaba ahí, ni mucho menos, abordamos ahora este otro clásico. Toma nota porque, además de deliciosas, son muy sencillas de preparar.

Origen y nombre de la mahalabia

Mahallabiye es la transcripción al alfabeto latino de su correspondiente palabra en lengua árabe. Por ello, es posible que también la veas escrita como mahalabia o similares, en función de cada lugar o incluso del país en el que te encuentres. Y es que parece que este postre es de origen libanés, como tantos otros de la gastronomía árabe, expandiéndose después por el entorno más cercano, especialmente en los países de cultura árabe, como Egipto. Sea cual sea su origen, lo cierto es que la mahalabia está profundamente enraizada en la gastronomía egipcia, siendo el postre favorito de muchos ciudadanos.

Qué lleva y cómo se prepara

Una de las características más destacadas de la mahalabia es su sencillez, no sólo por lo fácil que se prepara sino también por los pocos ingredientes que se necesitan para su elaboración. Y, para sorpresa de muchos, no lleva huevo, lo que supone una de las grandes diferencias con las natillas clásicas de otros países.

El ingrediente fundamental es la leche, a ser posible entera. No falta el azúcar, necesario para endulzar la receta, en este caso con una proporción del 10% con respecto a la leche. Y el tercer ingrediente clave para lograr el característico espesor de la mahalabia es la maicena, aunque también son muchos los que prefieren la harina fina de maíz. 

Con estos tres ingredientes se prepara la base del postre: se hierve la leche con el azúcar y, sin retirar del fuego, se vierte la maicena poco a poco mientras se remueve lentamente, en sentido circular, para que vaya espesando poco a poco. Cuando se alcanza la consistencia deseada, se retira del fuego y se deja reposar. En este punto, hay quien añade un poco de agua de azahar y sigue removiendo para que se integre bien y añada otro matiz de dulzor. 

Cuando ese preparado cremoso alcanza la temperatura ambiente, llega el momento de darle los últimos toques. En primer lugar, servirlo en sus correspondientes copas o recipientes, de manera individual. Después, ponerle su característico topping de trocitos de frutos secos. Los preferidos normalmente son los pistachos picados, aunque también se puede optar por otras alternativas, como las avellanas. Y por último, introducirlo en la nevera para que enfríe. De esa manera, se servirá frío directamente desde el frigorífico, aportando un toque dulce y refrescante al final de la comida.

Cuándo y dónde tomar

Como has podido comprobar, la mahalabia se puede tomar en cualquier época del año, pero es en verano cuando más popularidad alcanza. Debes tener en cuenta que conviene cocinarlas varias horas antes de tomarla, puesto que llevará tiempo su enfriado a temperatura ambiente y en la nevera.

Este postre es muy popular en los restaurantes de Egipto, en ocasiones haciendo la ‘competencia’ al ruz bil laban. Por tratarse de un postre a degustar en copa y con cuchara, lo habitual es encontrarlo en locales donde el consumidor pueda sentarse y disfrutarlo con calma. Y por supuesto, muchas son las familias que se animan a prepararlo en casa, por su sencillez y por los ingredientes tan a mano con los que se prepara. Sin duda, un postre tan delicioso que no deberías regresar a tu país sin haberlo probado antes durante el viaje.

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