En un rincón de la península del Sinaí se encuentran las rocas pintadas de Egipto, en el llamado desierto azul. Su ubicación apartada y alejada harán que no te topes con ellas salvo que viajes hasta este lugar ex profeso. Pero si tienes curiosidad por saber qué son, qué representan y dónde están, puedes echar un vistazo a este post donde te contamos su historia.
Una obra de Jean Verame
Las rocas pintadas en Egipto, también conocidas como desierto azul por el color distinguible en ellas, no es un capricho de la naturaleza… sino del ser humano. De hecho, se pueden considerar una gran obra de la corriente land art, es decir, la que se basa en elementos del paisaje (a menudo de grandes dimensiones) para crear una obra de arte. Uno de sus máximos exponentes es precisamente el autor de esta intervención: Jean Verame, conocido por intervenciones similares en otros países como Marruecos o Chad.
En 1982, este artista belga propuso pintar grandes bloques de roca de las montañas del Sinaí en un color azul intenso, cercano al llamado ‘azul klein’. Era su peculiar manera de celebrar un hecho histórico: la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto (1979, culminación de los Acuerdos de Camp David), según el cual el primer país se comprometía a abandonar la península del Sinaí, ocupada a raíz de los conflictos armados entre ambas naciones en años anteriores (Guerra del Yom Kippur).
Fue su reputación como artista lo que convenció a las autoridades para aceptar una propuesta de este tipo, en la que se utilizaron 10 toneladas de pintura para aplicar en la roca. Y parece ser que fueron las Naciones Unidas las encargadas de sufragar los gastos de ello.
El color elegido no fue al azar. Según el propio Verame, el color azul es mágico para las tribus beduinas, que lo consideran ahuyentador del mal de ojo y la mala suerte. Además, a unos 2 km en línea recta se encuentra Blue Lagoon (Laguna Azul), una laguna costera llamada así por sus aguas cristalinas de tonalidades azules, paraíso de submarinistas, por lo que también podría interpretarse como un guiño a ese espacio. Y por supuesto, es un color asociado al Antiguo Egipto.
Cabe decir que el proyecto también generó una corriente de rechazo, principalmente por los grupos ecologistas, que lo consideraban un ataque a este paisaje natural: árido pero resultado de millones de años de formación geológica y erosiva.
En la actualidad superado ya el primer cuarto de siglo XXI, más de 40 años después de la intervención, los restos de color azul son visibles en las rocas, y de hecho se pueden reconocer en las imágenes proporcionadas por los satélites. Pero el tono actual no es ni mucho menos el azul klein mencionado, y hay signos evidentes de pérdida de color, como es lógico por ubicarse en un entorno tan expuesto a la radiación solar y al viento.
Dónde está y cómo llegar a estas rocas pintadas
La ubicación de las rocas pintadas del desierto azul no está precisamente al alcance de todos: no llega ninguna carretera asfaltada a ellas ni a su entorno inmediato, pues la más cercana termina a unos 3 km en línea recta. Por tanto, para acercarse al lugar es necesario disponer de vehículo 4×4 o incluso de dromedarios, guiados por el correspondiente responsable beduino.
La ciudad más cercana e importante es Dahab, ubicada a unos 10 km al sur de este paraje, por lo que visitar las rocas pintadas puede ser una experiencia interesante y diferente para quienes pasan unos días de vacaciones en este popular destino turístico del Mar Rojo. Desde luego, su estampa no deja indiferente a nadie que lo contempla.
Foto: Ibrahim.ID en Wikipedia (licencia CC 4.0)